Constanza González-Véliz, directora de Situada, participó en el coloquio “Perspectivas transdisciplinarias en Inteligencia Artificial: ética, inclusión y diversidad”, presentando su ponencia “Explorando la conexión entre violencia digital de género y sesgos de género en la tecnología”. Enfocada en el contexto latinoamericano, expuso cómo los sesgos de género en la tecnología potencian la violencia digital, perpetuando dinámicas de exclusión y desigualdad. Propuso además soluciones para construir una tecnología inclusiva y equitativa, destacando la necesidad de alfabetización digital y cambios estructurales en los entornos digitales.
En el coloquio “Perspectivas transdisciplinarias en Inteligencia Artificial: ética, inclusión y diversidad”, Constanza González-Véliz, directora general de Situada, presentó una ponencia titulada “Explorando la conexión entre violencia digital de género y sesgos de género en la tecnología”, enfocada en el contexto latinoamericano.
La ponencia inició exponiendo cómo la violencia digital de género, que incluye fenómenos como el ciberacoso, la sextorsión y la suplantación de identidad, refleja los sesgos estructurales de género en la tecnología. Estos sesgos, además de perpetuar dinámicas de discriminación, limitan el acceso equitativo de las mujeres al mundo digital, reforzando las desigualdades sociales.
Constanza planteó que el objetivo general de su análisis es examinar cómo los sesgos de género en la innovación tecnológica potencian la violencia digital contra las mujeres, con un foco particular en la Región del Maule. Entre los objetivos específicos, destacó la necesidad de identificar las principales formas de violencia digital que afectan a las mujeres en entornos académicos, evaluar el impacto de estos sesgos en las tecnologías utilizadas en la región, y proponer soluciones inclusivas para construir una tecnología más justa.
A nivel teórico, abordó cómo la violencia digital de género es una manifestación del poder y control social, citando estudios de la ONU que evidencian la magnitud de esta problemática. Además, explicó cómo la tecnología sesgada genera y refuerza comportamientos violentos al reproducir dinámicas patriarcales. A su vez, subrayó que el diseño y uso de tecnologías no son neutrales, sino influenciados por contextos sociales y económicos que refuerzan las desigualdades de género.
Durante la ponencia, también destacó las investigaciones de autoras clave como Donna Haraway y Safiya Umoja Noble, quienes han estudiado la relación entre género, tecnología y poder. Se argumentó que la falta de representación femenina en la tecnología, tanto en su diseño como en su implementación, perpetúa estereotipos y barreras para las mujeres, mientras que el dominio masculino en la creación de contenidos tecnológicos ha mantenido dinámicas de exclusión.
Constanza cerró su intervención presentando una propuesta de investigación enfocada en una encuesta que diagnostica la violencia digital de género en una Universidad. Esta metodología mixta, inspirada en el proyecto “Autocuidado Digital” de México, busca medir la violencia digital y proponer intervenciones educativas que promuevan la alfabetización digital y la equidad en el entorno universitario.
Finalmente, la ponencia enfatizó que el objetivo de estas investigaciones es visibilizar cómo los sesgos de género en la tecnología alimentan la violencia digital y proponer soluciones prácticas y estructurales para transformar la cultura tecnológica y generar un entorno digital más seguro y equitativo para las mujeres.
Fotografías de la ponencia:
Algunas láminas presentadas:
26 de octubre de 2024